¡Hola a todos!
¿Os habéis planteado alguna vez cómo será la
educación en el 2030?, ¿Cuántas cosas seguirán igual y cuántas habrán cambiado?
Un
artículo publicado en El Semanal presenta los resultados de una serie de investigaciones
desarrolladas por científicos de todo el mundo, en las cuales se exponen
conclusiones y suposiciones sobre cómo será la educación dentro de catorce
años. La gran mayoría de estos experos afirman que no habrá cursos separados
por edades, que no habrá exámenes y que la tecnología estará compleamente
integrada en el proceso educativo.
De acuerdo con estas teorías "premonitorias", el profesor ya no se
encargará de suspender o aprobar a los alumnos porque, simplemente, no habrá
asignaturas. Nadie repetirá, y el fracaso escolar habrá desaparecido porque los
expertos se habrán replanteado el significado de la educación. La docencia ya
no se centrará en el reparto de premios o castigos, sino en fomentar el
desarrollo máximo del individuo (algo que está ya de por sí inscrito en el
ideal de educación). Además, la asistencia a clase ya no será
obligatoria, el horario será personalizado y el calendario muy flexible, de
manera que sean los alumnos quienes organicen y estructuren su propio proceso
de aprendizaje.
El
experto Stephen Heppell afirma que en 2030, las clases serán de más de 100
alumnos, y la idea de un único profesor por aula estará obsoleta. Heppell
argumenta que se fomentará la educación individualizada y que se dejarán de
lado los deberes absurdos. Asimismo, dice que los avances tencológicos se
utilizarán para medir los problemas de comprensión de los alumnos y detectar
anomalías en el aprendizaje. En esta línea, las emociones de los alumnos
también se contemplarán como elemento central en el proceso de aprendizaje, y
las aulas se diseñarán para asegurar la comodidad del alumno.
Suena bien, ¿eh?
Si en el 2030 esta se convierte en la realidad
educativa, probablemente nos hará gracia echar la vista atrás y observar todos
los avances que se habrán realizado. Nos reiremos de los pupitres incómodos, de
los enormes madrugones, de los aburridos problemas matemáticos y de los
análisis sintácticos. Los libros serán vistos como objetos prehistóricos, y nos
costará mucho comprender cómo podíamos impartir las clases sin el uso de la
tecnología.
¿Pensáis igual?
Probablemente esta sea mi última entrada, así
que me gustaría mucho leer en comentarios qué os ha parecido esta experiencia
bloggera. Espero haberos aportado algo con mis entradas y que hayáis disfrutado
leyéndome tanto como yo lo he hecho con vosotros. ¡Ha sido un placer!
¡Nos leemos siempre, compis!
Hasta pronto 💜
No hay comentarios:
Publicar un comentario