¡Hola
de nuevo!
Hoy
voy a realizar una pequeña reflexión sobre la formación del profesorado a
partir de lo establecido en el Libro Blanco de la Profesión Docente. Tras haber
rellenado el cuestionario propuesto por el profesor de la asignatura, me
gustaría compartir en mi blog las conclusiones que he extraído tras responder a
las preguntas de dicha encuesta. Así, comenzaré contestando la siguiente
cuestión:
¿Cómo
debería ser la formación del docente de acuerdo con los partidos políticos?
Si
bien es cierto que diferentes partidos políticos de nuestro país suelen tener
opiniones muy dispares en el ámbito educativo, todos parecen estar de acuerdo
en que la formación del profesorado es algo fundamental y necesario. Tal y como
explica el Libro Blanco de la Profesión Docente (2015), varios partidos
políticos consideran que la formación de los docentes debería articularse como
una titulación de Grado cursada en la Universidad (4 años de duración), más un
periodo de instrucción y habilitación profesional de tres años, al que se le
denominaría DEP (Docentes En Prácticas). Eso sería una especie de MIR
educativo. Para acceder al DEP, habría que realizar también una prueba de
acceso en la que se evaluarían la competencias y los conocimientos del
profesor.
No
obstante, como todos sabemos —pues nosotros mismos nos estamos
instruyendo para ser profesores— este sistema de formación docente no se está
llevando a cabo. En mi opinión, el escaso éxito de esta propuesta se debe a que
la profesión del docente no tiene un prestigio social elevado y, si para poder
ejercer hubiera que dedicar tanto tiempo, quizás nadie querría ser profesor.
Esto es algo que diferencia la profesión del docente de la de un médico, por
ejemplo. Los médicos están es una esfera superior dentro de la percepción y de
la organización social. Todos tenemos muy asumido que la salud es muy
importante y que para tratar a las personas la formación debe ser muy completa. Sin embargo, no todos tenemos tan claro que la educación sea algo tan
fundamental y necesario, lo cual dificulta el funcionamiento de la propuesta
que acabamos de mencionar.
A
partir de esta propuesta ideal, podemos movernos al ámbito de la realidad.
¿Cuál
es mi opinión respecto a la formación del profesorado actual?
En
lo personal, considero que, actualmente, la formación del profesorado se apoya
demasiado en la teoría y poco en la práctica. Los docentes nos formamos
teóricamente, pero tenemos escasa experiencia a la hora de enfrentarnos a una
clase real. Creo que la formación debería orientarse de una manera diferente y
centrarse más en preparar al docente para situaciones reales. Opino que la
instrucción de los docentes debería moverse en una dirección diferente a la
actual, pues no creo que tras terminar nuestra formación estemos completamente
preparados para ejercer una profesión como la nuestra, la cual requiere una
serie de aptitudes y conocimientos que deben actualizarse de por vida —y que
deberían ser evaluados por organismos externos a lo largo de nuestra experiencia laboral, tal y como sugiere la propuesta número 10 del Libro Blanco—.
¡Hasta
aquí mi reflexión! Me gustaría saber qué pensáis vosotros. ¿Cuál es la
propuesta que más os ha llamado la atención?
Nos
leemos 💜
¡Totalmente de acuerdo contigo, Ángela! Se debería dar más importancia a la parte práctica durante la formación del profesorado.
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