¡Hola de nuevo!
Para poder entender tanto la organización del sistema educativo español como sus objetivos es importante analizarlo dentro del marco europeo en el que se adscribe. Por eso, en esta entrada voy a hablar de la disposición de nuestro sistema educativo en relación con las pautas dictaminadas por el Consejo Europeo en 2010.
Así, voy a comenzar explicando de manera muy breve cuáles fueron los objetivos educativos fijados por la UE y cómo ha actuado el gobierno español para tratar de cumplir con dichas expectativas académicas. En el año 2010, la Comisión Europea aprobó la estrategia EUROPA 2020 a partir de la cual fijó una serie de objetivos socioeconómicos. Mediante estos objetivos, la UE buscaba alcanzar un crecimiento inteligente, sostenible e integrador de los países miembros con el fin de solventar los problemas generados por la crisis económica que azotaba los estados de la Unión. A pesar de que estos objetivos se aplican a diversos ámbitos —empleo, innovación, integración social, educación y energía— en este post voy a hablar únicamente de las pautas educativas, puesto que es el área que nos compete.
De esta manera, la UE estableció que, para el año 2020, al menos un 40% de sus ciudadanos entre 30 y 40 años debían tener estudios superiores. Además, también fijó como objetivo la reducción del abandono escolar, así como que el porcentaje de jóvenes que hubieran terminado los estudios de Educación Secundaria no Obligatoria superaran el 85%.
Teniendo estas pautas en cuenta, en 2010, el Consejo de Ministros español elaboró una lista de doce objetivos educativos mediante los cuales se pretendían alcanzar las metas establecidas por Europa. Entre estos objetivos se encontraban la garantía del éxito educativo de todos los estudiantes, la utilización de la evaluación como factor para mejorar la calidad de la educación o la implantación de las TIC como nuevas formas de enseñar o aprender, por ejemplo. Asimismo, estos objetivos se materializaron en un Plan de Acción a través del cual se desarrollaron una serie de planes como el Programa Escuela 2.0, el Plan Educa3 o el programa de mejora del aprendizaje de lenguas extranjeras.
No obstante, y a pesar de que el Ministerio de Educación se ha esforzado por seguir las pautas europeas, los datos académicos de España dejan mucho que desear —al menos en comparación con el resto de los países miembros. Como hemos explicado anteriormente, la UE buscaba reducir el fracaso escolar, pero en España el porcentaje sigue siendo bastante elevado, lo cual muestra que nuestro sistema no ha progresado lo suficiente. Además, el número de jóvenes que han terminado los estudios de Educación Secundaria no Obligatoria no superan el 61%, quedando muy por detrás del ideal europeo —que situaba el porcentaje en el 85%. El único objetivo que sí ha logrado nuestro país ha sido el de obtener un 15% de graduados superiores en matemáticas, ciencias y tecnología, algo que, aunque es positivo, no compensa las malas cifras obtenidas en el resto de los aspectos.
En conclusión, podríamos decir que, a pesar de sus esfuerzos, España se encuentra estancada en el ámbito educativo, puesto que no está logrando alcanzar los objetivos fijados por el Consejo Europeo. De acuerdo con los datos arrojados, nuestro país se encuentra entre los últimos puestos de Europa, lo que demuestra que aún nos queda mucho hacer. Como aportación personal, considero que el sistema español debería centrar sus esfuerzos en introducir los avances que han propuesto otros países europeos que sí han logrado superar estos objetivos. Solo así podremos conseguir ser un país competitivo a nivel educativo y encajar dentro del mercado europeo, el cual demanda individuos cada vez más cualificados.
Eso es todo por hoy. Muchas gracias por leerme.
¡Hasta pronto! 💜
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